Gracias Juanjo, hoy hace 3 años de tu muerte, ¡parece que fue ayer, y no puedo evitar emocionarme al recordarte! Siento tanto agradecimiento por haberme cruzado contigo, por haber aprendido tanto junto a ti, por el legado que has dejado (y que está en mí), por tu generoso acompañamiento y mi valentía por seguirte y dejarme acompañar (con la dificultad de la distancia). En mí queda tu ternura amorosa, tu sencillez, tu estar reposado, tu respeto y confianza en el proceso del otro, tu visión afinada, tu fuerza; y como no, tu visión del ser humano y de la psicoterapia. ¡Gracias, gracias y gracias Maestro!
La mayoría de nosotr@s nos estamos sintiendo vulnerables en estos momentos, incluso el que mejor lo está llevando. Estamos en una situación excepcional, llena de incertidumbre, de retos importantes, sin apenas control de lo que sucede. Por ello es muy importante podernos aceptar así como estamos, sin juzgarnos, cuidándonos y respetándonos.